Un error común consiste en aferrarse al pasado. Sea a un pasado feliz o a un pasado doloroso. El pasado ya pasó y es necesario y sanador movernos al presente.
Engancharse del dolor y del resentimiento hace que gastes invaluable energia, en cantidades ilimitadas en repasar la película una y otra vez, como un disco rayado que no puede brincar a la siguiente canción, y mientras no puedas enfocarte en lo que el presente te da, no podras recuperar tu vida.
La vida no sucede en el pasado, la vida no sucede en el futuro, la vida es un eterno presente, continuo, del que si no te das cuenta, te pierdes cada dia un poco mas de la oportunidad de vivir y disfrutar.
Un ejercicio para enfocarte en el presente es muy sencillo: simplemente haz contacto contigo. Para, respira, siente, observa, date cuenta de ti, de tu sentimiento y de lo que te rodea, de los sonidos de los pajaros, de los árboles, del aire que respiras. Date un baño de agua tibia, pero no un baño carrereado, sino uno lento, sintiendo como el agua limpia todo tu ser, no solo tu piel. El solo hecho de entrar en ti en el silencio, tiene un efecto calmante. Prueba a hacerlo por un rato este día.
No puedo controlar el pasado, pero si puedo transformarme, permitiendome sanar de las heridas que quedaron de batallas anteriores, aceptandome con amor a mí misma y a los demás, tal como son.
Hoy estoy agradecid@ de mi pasado, no lo puedo cambiar, pero lo transformo recobrando mi poder, sanando y aprendiendo de él.
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