martes, 30 de marzo de 2010

EL CIRCULO DE LA DEPENDENCIA Y CODEPENDENCIA.

En cuestiones terapéuticas, la codependencia se puede comparar al proceso que tiene cualquier adicción.  En este caso, el codependiente tiene esa adicción a un vínculo con otra persona, un tipo de persona o una persona en particular.
Se ha hablado mucho desde los inicios de la formación de grupos de autoayuda para alcohólicos como AA, del término “codependiente”, se trata, en este contexto, de una consecuencia  familar, relacionada con experiencias tempranas con un miembro de la familia adicto o alcohólico, generalmente alguno de los padres, aunque también podría ser un hermano o hermana.
Estas relaciones familiares tempranas establecen los patrones de relación necesarios para que se desarrolle la codependencia; no obstante, en terapia es posible constatar que hay personas que son codependientes pero que no tienen absolutamente a ningún adicto en la familia. Entonces nos damos cuenta de que también el asunto es cultural; tomamos valores de nuestro medio y de nuestro entorno y los incorporamos en nuestra forma de ser. Nuestros países latinoamericanos están saturados de creencias y actitudes codependientes.
El primer paso para toda esta situación es la dependencia afectiva.  El dependiente afectivo desarrolla la tendencia a depositarse exclusivamente en UNA SOLA PERSONA,  llegando a sentir que "NECESITA"  a esa persona para ser feliz y para vivir. Cuando esto sucede la situación se torna verdaderamente problemática.
A partir de allí, el ciclo se establece y la persona, animada por esta falsa creencia, va condicionando cada conducta a ese vínculo negativo con esa persona indispensable y todo lo que hace esta dirigido a complacer, satisfacer, halagar, seducir, etc. a esa única persona especial para la cual esta otra persona dependiente dedica su vida entera.
Esto se convierte en un patrón y una trampa de la cual es difícil salir. Difícil, mas no imposible.
El patrón se refuerza porque, tal como la adicción, cuando la persona trata de alejarse, siente la ansiedad del alejamiento y entra en una especie de abstinencia que la hace regresar corriendo a esa persona "indispensable", reforzando su creencia de no poder vivir sin ella.
La codependencia es el grado superlativo de la dependencia emocional y queda enmascarada detrás de la idea de no poder vivir sin esa persona o de no valer o ser nada sin ella/el.
Si reconoces en tu relación o relaciones estos elementos, es importante que busques la forma de salir de ese círculo vicioso y que confíes en que tu vida es solo tuya y que esa sensación de que morirás si no estas con el/ ella, es solo una ilusión de la adicción y pasará.
Como cualquier situación emocional extrema, si tu no puedes superarlo por ti misma/o, busca apoyo y confía en que tienes todos los elementos para salir adelante y comenzar una nueva vida mejor y mas positiva para ti.
Feliz descanso de primavera!!!.

domingo, 21 de marzo de 2010

¡TU ERES ADORABLE!

"Regresamos, una y otra vez, a través de las capas del miedo, la culpa, el coraje, el dolor y los sentimientos negativos, hasta que descubrimos al niño exuberante, inocente, divertido y amoroso que estaba y todavía está dentro de nosotros".
Beyond Codependency.



!Eres adorable!...si, ¡tú!.
Solo porque algunas personas (o una en especial) no ha estado presente para tí, o no ha tenido la capacidad de amarte en una forma positiva; sólo porque la relación haya fallado o terminado en una forma difícil o complicada, no quiere decir que no seas adorable. 
  
Has tenido que aprender lecciones, algunas de esas han sido dolorosas...deja ir el dolor, abre tu corazón al amor. 

¡TÚ Eres adorable! 

"The language of letting go". 
Melody Beattie 

¡Feliz inicio de primavera!  




miércoles, 17 de marzo de 2010

Afirmación externa vs. Autoafirmación


Cuando comienza nuestra vida tenemos una dependencia absoluta de las personas que estan a nuestro cuidado. Dependemos de todo lo más indispensable para sobrevivir; estas personas nos dan alimento, calor, aseo, atención, cuidado, comfort...todo lo que necesitamos esta dependiendo de la voluntad de otro para conseguirlo o no.

Cuando vamos dándonos cuenta de que la sobrevivencia depende a veces de una sola persona que se llama "mamá", entonces comenzamos a sentirnos protegidos cuando ella está cerca y desprotegidos cuando ella se va. Esto continúa por largo tiempo.

Si tenemos hambre, sueño, sed, incomodidad, etc. basta llorar, en la normalidad de los casos, para que mamá venga y nos resuelva el problema, proporcionándonos alimento, calor, etc. Nuestro entendimiento de bebé, ahora sabe que esta persona es importante y que hay que tenerla feliz, para eso hay que tratar de tener su aprobación. 

Por lo general, es esta misma persona que nos corrige y nos enseña lo que se hace y lo que no se hace y nos muestra un gesto desaprobatorio cuando nuestra conducta es indeseable. En esta forma vamos aprendiendo, por medio de esa dependencia de sobrevivencia a tratar de complacer a esa persona y darle gusto en cuanto a sus señales, miradas, gestos, etc. Todo esto se lleva a cabo a lo largo de años, durante la primera infancia. 

Entonces, ¿que sucede cuando crecemos que todavía necesitamos aprobación como cuando bebés?

Nuestra mente crece con esa programación de que tiene que complacer para sobrevivir y que somos totalmente indefensos y nuestro bienestar depende totalmente de otra persona. Esto es un hecho y una verdad para nuestro niño interno. A la larga esta misma conducta se generaliza y creamos la creencia de que necesitamos de otro para sobrevivir, ya no solo de mamá, sino de otras personas; en el fondo creemos que si nos dejan moriremos....¿suena conocido? 

Numerosas creaciones se basan en esta creencia: canciones populares, poesía, novelas, películas, etc. Y reafirmamos en esta forma cultural que "te necesito" para sobrevivir. 

Se consolida en nosotros la búsqueda de aprobación, de la infancia, cuando necesitamos de otra persona para sobrevivir y cuando crecemos nos volvemos dependientes en sentido negativo, porque sin darnos cuenta ya no necesitamos eso y seguimos buscándolo. Esto es un patrón disfuncional. Seguimos actuando como niños y queriendo que otro nos de lo que necesitamos....

La madurez y el crecimiento consiste en eso mismo, entre otras cosas, en poder autoafirmarse a sí mismo y conseguir lo que es necesario para sí, sin depender de otra persona externa. 

En las relaciones de pareja es común que pidamos al otro que se haga cargo de nuestros deseos y necesidades, a veces enojándonos, controlándolo o manipulando para que nos de lo que queremos o incluso, que nos quiera de la forma en que queremos ser queridos. A fin de crecer es importante que comencemos a tomarnos nuestra responsabilidad por nuestra cuenta y conseguir para nosotros la satisfacción de nuestras necesidades y deseos. El otro tiene responsabilidad de sí mismo, mas no de mí. 

La función de la pareja, en esta forma, sería de acompañar y de compartir . La pareja no se trata de ser dos medias naranjas, sino dos naranjas completas aportando sus propias características a la relación para crecer en compañía del otro. La relación no será por "necesidad", sino por elección constante y renovable de estar con el otro en plena decisión, día a día.

Feliz inicio de primavera!