domingo, 4 de abril de 2010

RESCATÁNDOTE A TÍ MISMO.

           

  ¿Cómo te sientes cerca de alguien que se considera una víctima?

...¿Culpable?, ¿enojado?, ¿atrapado?; ¿aburrido?, ¿negativo?, ¿ansioso por escapar?...

                    ¡A nadie le gustan las víctimas!

De alguna forma, muchos de nosotros aprendimos a conseguir cosas por medio del chantaje, de jugar el papel de víctima o de martir, desarrollando la idea de que privándonos a nosotros mismos, negándonos cuidado o atención y sufriendo sin necesidad, conseguiríamos lo que queremos.

Aprendimos esa creencia de que si yo no me doy a mi mismo lo que necesito, allí estará el otro para dármelo. La gran desilusión sucede cuando el otro TAMPOCO cuida de mí, y es más, de hecho, toma lo que le doy y se aleja, así sin más; por lo que el que da, no recibe y su creencia lo hace dar más, con la expectativa de ver si así recibe, y cuando no recibe, da más, repitiendo este círculo, del que el otro (el que recibe) escapa a la primera oportunidad.

El que da, cuando da mucho mas de lo que recibe va creando una "deuda" relacional, del que el otro tarde o temprano se querrá escapar, porque esta deuda se creó sin su consentimiento y despues se ve atrapado en la disyuntiva de pagar en la misma proporción (lo cual no es su interés) o de huir, llevándose la deuda consigo, sintiéndose culpable pero al final, libre de chantajes y manipulaciones. Generalmente prefiere esta última salida, dejando al que dio más, frustrado, resentido y confundido sin entender la razon de por qué el otro fue tan ingrato de dejarlo, después de todo lo que hizo por el.

Esta historia se repite todos los dias.

Es nuestro propio trabajo darnos cuenta de nuestras necesidades y conseguir lo que nos satisface. Es nuestro trabajo hacernos cargo de nosotros mismos, aunque quisieramos que lo hicieran otros; es nuestro trabajo tomar los pasos que nos lleven a proveernos a nosotros mismos de abundancia en todos los aspectos.

A veces la vida no es muy fácil, pero no tenemos que hacerla todavía más difícil descuidando nuestras propias necesidades. No hay ningun premio por sufrir, solamente sufrimiento.

Nuestro dolor no parará cuando llegue un rescatador, sino cuando tomemos responsabilidad de nosotros mismos y nuestras necesidades, parando nuestro propio dolor.

"Hoy, seré mi propio rescatador.  Dejaré de esperar que alguien llegue y resuelva mis problemas por mí."

Felices Pascuas. :)
 

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